Frases y Reflexiones

"Te amo tanto y es tan fuerte lo que siento por ti , que si bien en ocasiones siento el impulso de odiarte, no sólo me detengo sino que me alegro de que existas y vivas junto a mi, a pesar de que seas tan insoportable como yo" Walter Riso



miércoles, 29 de diciembre de 2010

Palabras...

Anoche me estaban dando vueltas en la cabeza varias palabras: felicidad, responsabilidad y acción.
Y es que me parece que no nos damos cuenta de que la felicidad se da cuando tomamos una serie de acciones conscientes que nos conducen a ella.
Hace varios años que tengo la idea que un mundo mejor se hace con la oportunidad que tenemos cada instante que existimos y no esperando a que llegue no sé qué a implantarlo y nos lo dejen listo para disfrutar!!!
Muchas veces nos observo y nos comportamos como si prácticamente nada fuera cosa nuestra, todo está en las manos de otro, pero de quién? No nos estamos involucrando con nuestra existencia y no entiendo muy bien, por qué si nosotros SOMOS tenemos que esperar a que SEAN otros los que tomen acción; claro está que es más fácil y más cómodo criticar, como solemos hacerlo, refiriéndonos a la GENTE, esa cosa que no tiene nada que ver con nosotros y es que no somos TODOS la gente?.
Pues me parece que deberíamos ser más responsables y hacernos cargo de trabajar por lo que en nuestro fuero interno sentimos que tenemos que trabajar y si no he observado mal hay un muy viejo deseo común de alcanzar la promesa de tener un “Mundo Mejor”. Me imagino que en algún lugar de nosotros mismos está esa llama tratando de arder.
Lo mejor de todo es que las pequeñas acciones son las que conforman los grandes hechos y con esto quiero decir que se trata sólo de hacer nuestra parte. Sí, de ser ese SER maravilloso que soñamos que puebla la tierra del futuro en cada instante de nuestra vida: cuando vamos por la autopista y alguien quiere incorporarse, cuando tratamos con nuestros empleados – jefes – compañeros – clientes – proveedores – competencia – etc, cuando vamos al supermercado, cuando hablamos de otros, cuando pensamos las cosas, con las intensiones que tenemos, con nuestros deseos, nuestras emociones…
Es una cosa sencilla, que no necesita de gurús ni guías y tenemos incontables oportunidades cada día para tratar de hacerlo como sentimos que nos gustaría que fuera.
Se trata de aflorar en cada instante de nuestra existencia y ser parte responsable y consciente de todo esto que nos fue otorgado; llenando así la tierra de la luz de nuestro hermoso sueño común, pero aquí y ya, sin la vagancia de esperar por políticos, maestros, gurús, generaciones futuras, etc (porque ellos estarán hechos de lo mismo que estamos hechos nosotros)!!!

jueves, 25 de noviembre de 2010

Lo inesperado. El teléfono de Dios.

Sonó el móvil y aquella inesperada voz…
Aquella mañana, parecía como todas. No me podía imaginar lo que iba a suceder.
¿Acaso todavía pensamos que detrás de lo inesperado, tan solo hay el llamado “azar”?
No salió el avión a la hora… llegó aquel mensaje y… no conseguimos llegar a tiempo… de pronto me dijo aquella chica… me crucé con su mirada y de repente… coincidió justo en aquel momento que…  y cuántas cosas sorpresas más suelen suceder tras lo inesperado. Con el paso del tiempo, terminamos por admitir la gran sabiduría que oculta la cadena sutil de acciones que nos conducen a un destino u otro, una cadena que a veces se teje con sucesos imprevistos que escapan a nuestro supuesto control, sucesos que animan el propósito del Gran Juego.
Alguien tan peculiar como Santa Teresa osó decir que: “Tras lo inesperado se oculta Dios”. Sin duda esta guerrera de la autoindagación intuyó que la Inteligencia Universal se manifiesta con toques de inesperado “a pesar” de nuestros planes. En realidad lo que consideramos como previsible no deja de ser una fotocopia mental construida por la memoria, es decir un material conformado por clichés que se proyectan sobre un futuro nada creativo, nada creativo porque se trata de una apretada visión del devenir que a cambio de monotonía, puede aportar una efímera sensación de seguridad. Tengamos en cuenta que los seres más inseguros son los que ilusoriamente tratan de tener todo el devenir lo más atado y colonizado posible, seres que ignorando sus potenciales tienen serias dudas de disponer de recursos para hacer frente a lo que surja. Una vez más aparece el juego de las carencias producidas por el recuerdo de viejos dolores y el temor a repetirlos.
¿Sin embargo qué mejor estado de conciencia que el de la sorpresa?, ¿acaso vamos a dejar que tal maravilla sea patrimonio emocional tan solo de los niños?.  Ejercitemos nuestra “mirada de principiante” y percibamos todo como si fuera la primera vez. Soltemos los prejuicios y las suposiciones, y refresquemos nuestra percepción. Toda una invitación a recorrer la vida que nos toca en un permanente “descubrir”. En realidad el descubrir es más significativo que lo “descubierto”, y tan solo viviremos la maravilla del descubrimiento si volvemos a “ser como niños”. Algo que no significa dejar de discernir ni dejar de aplicar nuestra experiencia de la vida, sino más bien resonar con un estado de inocencia que suspende el juicio acerca de todo lo que se percibe, un estado por el que cesamos de realizar comparaciones y de criticar de forma estéril lo que simplemente ES y sucede. Algo que se logra con trabajo interior.
El sabio indio Sri Nisargadatta fue todavía más lejos cuando afirmó que: “Tan solo lo inesperado es Real”. Una reflexión que nos lleva a preguntar, ¿acaso entonces lo previsible es tan solo un sucedáneo de la realidad? Una vez más la sabiduría responde conduciéndonos suavemente hacia la vivencia del momento presente, una vivencia que asimismo nos invita a evitar la anticipación y la expectativa. ¿Precisaremos del regalo de la comprensión para lograr abrazar el creativo abismo del presente continuo? Parece evidente que el momento presente es la llave que abre todas las puertas, incluidas las que hacen referencia a vivirnos surfeando por entre los pliegues del sostenido descubrir, ¿hay mejor forma de vivir que mantenernos enfocados en la atención creativa del ahora?
¿Qué nos pasará en las próximas 3 horas?, ¿quién puede asegurar que no nos va a suceder algo significativo? Atención, abramos la puerta de lo insospechado y dejemos espacio en el alma para que “pase un ángel”, un ángel blanco o negro que, al igual que el amor y el odio, son casi lo mismo y laboran por nuestro sostenido expandir. Convendrá dejar espacio en el corazón para que de pronto se nos ocurra aquello que una vez más puede cambiar nuestra vida. Vivamos abiertos a que de pronto suceda justo eso que meses o años atrás anhelamos, y que ya habíamos olvidado como posible. ¿Quién es capaz de evitar la insólita llegada de lo Nuevo?
Tomemos consciencia de que tan solo es la mente racional con sus consabidas protecciones la que se resigna, la que se niega, la que se torna escleróticamente escéptica y se aferra a lo conocido, la que trata de agarrotar el devenir. En realidad, viendo el panorama emocional de las grandes urbes en las que habitan gentes apretadas que han dejado de descubrir, soñar y sorprenderse, uno se pregunta, ¿acaso esta actitud de escepticismo y cerrazón, tan presente en esta sociedad pragmática, no es un virus que algún perverso hacker ha logrado colar en la mente humana?, ¿dónde se encuentra la tan creativa espontaneidad?
Pues bien, dado que en la naturaleza todo veneno tiene su antídoto, convendría crear un antivirus para descongelar el sistema vital de la desesperanza. Y en este sentido, el mejor que conozco es un corto mantram que merece la pena pronunciar varias veces al día. Se trata de hacerlo presente en todo momento y lugar hasta instalarlo, por ejemplo, puede programarse en la pantalla del móvil, en la del ordenador o con un imán en el frigorífico… En realidad es un antivirus muy barato que ahora tengo el gusto de pasarte en tres inolvidables palabras”:
“Todo es posible”.
¿Acaso existe mejor oración que estar abiertos a que lo imprevisto suceda?

Blog de José María Doria

jueves, 18 de noviembre de 2010

Oráculo Zen: Aunque el Espíritu se halla más allá del mundo, siempre se queda dentro de él.

AMOR

El verdadero amor no es un sentimiento que nos abruma,
es un una decisión pensada y un propósito. M. Scott Peck.

 
Conforme el ser humano se desarrolla y evoluciona, percibe el amor como algo más que un sentimiento abrumador que mueve pasiones e ignora la razón. Las decisiones tomadas en nombre del amor, bajo un estado de gran emoción, pronto se enfrían. En su caída, tienden a desencadenar un gran caudal de perturbación y, en muchos casos, deterioros materiales de gran insensatez.

Dejarse llevar por una brújula que tan sólo tenga en cuenta la exaltación de los sentimientos, supone desoír la voz que nos impide “perder la cabeza”. Un des-balance que, tarde o temprano, se cobrará un alto precio en forma de carencias y frustraciones típicas de aquellas relaciones en las que predomina la pasión y la fascinación completa. En el extremo contrario, está el sujeto que se deja guiar exclusivamente por el mundo prosaico de la razón, sin duda alguien que se ahogará en un territorio de cálculos e intereses que le adentrarán en un desierto carente de toda sensibilidad y frescura afectiva.

Cualquier decisión tomada desde uno de los dos lados, tanto el de la cabeza como el del corazón, supone lateralización y superficialidad. Por el contrario, los sujetos que evolucionan hacia una conciencia integral se adentran en lo profundo de sí mismos y logran que los opuestos, inherentes al yo superficial, vayan paulatinamente integrándose y dejen de ser excluyentes. Pensamiento y sentimiento, razón y afecto, cabeza y corazón intervienen integralmente en la decisión acerca de algo tan mágico como la relación afectiva. En realidad, en la hondura del propio Ser, caben los opuestos sin conflicto. Y de la misma forma que una paloma necesita dos alas para volar, nuestro cerebro precisa de sus dos hemisferios cerebrales para avanzar a la profundidad del sí mismo. Si una de las alas induce a actuar desde la emoción, la otra lo hace desde la razón. Es tan sólo la fuerza conjunta de ambas la que conduce al progreso. El amor como fuerza esencial de vida, no se queda fuera de esta Ley que balancea e integra el impulso y la reflexión.

Durante milenios, y todavía en variadas culturas del mundo actual, las grandes decisiones de formar una familia y entablar vínculos de pareja eran un asunto de los padres. El propio sujeto no tenía casi intervención en tan delicado asunto de su vida futura. En realidad, tiene pocos siglos la puesta en juego de sentimientos abrumadores como elementos decisivos en la creación de una familia. La humanidad se ha movido en ciclos pendulares que alternaban entre etapas de predominio racionalista y pragmático y etapas de romanticismo que exaltaban los sentimientos y la sensibilidad. Acción y reacción polares que vienen anunciando la llegada de un tercer punto, o conciencia de síntesis, que integra los opuestos y abre la puerta de la Inteligencia del Alma. Un estado mental en el que puede decirse que el corazón piensa y la mente ama.

En un nivel más elevado, el amor supone una ola que emerge de la Infinitud interna y lleva consigo la Experiencia de Totalidad. En la comunión espiritual de dos seres, el vínculo está más allá de la pasión y la razón. El Amor con mayúsculas es un estado de conciencia que integra Eros y Thanatos, lo ascendente y lo descendente, el Cielo y la Tierra. Un encuentro que está más allá de cualquier forma de apego y que brota desde planos transpersonales en los que Silencio es la pregunta y Silencio es la contestación.

Texto perteneciente al libro del autor: "Inteligencia del alma"
Jose Maria Doria jmdoria@escuelatranspersonal.com

jueves, 11 de noviembre de 2010

El verdadero nombre

"Cuando uno viaja por los recónditos caminos de Sör-ah, los Campos Álmicos, se puede encontrar con diversos tipos de seres... las almas, son criaturas muy extrañas, pues se encuentran divididas en su ser, y su esencia es tan densa para los seres a los que los espíritus estamos acostumbrados, que sus quehaceres y realidades pueden generarnos muchos problemas en nuestro camino.



Esa es la historia de un espíritu que decidió por primera vez cabalgar un alma... un alma de color blanco... Su ser era radiante, y su camino prometedor... Pero de las almas, hay algo fundamental, que los espíritus no solemos entender... Ellas no pueden ser, si nosotros no les damos un nombre.
Cada esencia álmica es diferente, incluso dentro de cada una de ellas, y eso las hace únicas, tan únicas, que no pueden concentrarse en su labor si no poseen un nombre diferente para cada una de sus energías.
Nosotros conocemos a estas esencias o energías, como la aglomeración de las presiones estelares que amoldan a los seres para un mejor desarrollo y aprendizaje... más comunmente conocido como "Personalidad".
La personalidad es aquello que da a los seres la mejor herramienta de trabajo para desarrollarse plenamente en sus funciones a cada paso y vida que realizan... pero algunos espíritus, aun no hemos entendido muy bien la importancia de la personalidad...
Kalum, era uno de esos espíritus...
Él viajó por el universo, llevando a este alma consigo, la cual le permitiría nacer y experimentar en los mundos físicos... Pero Kalum, tenía un gran temor... su temor era olvidar quién era, y de dónde venía... Los espíritus, debemos enfrentarnos a algo tremendo cuando elegimos el camino de la vida, y es olvidar el camino de la esencia de la Totalidad... pues ya no pertenecemos más a esa Totalidad como hasta entonces la entendíamos y vivíamos, ahora, la vemos a través de los ojos del alma, a través de lo individual, de las emociones, y así fue planeado; esa es otra de las grandes cosas que nosotros, tememos realizar... vivir las emociones y ver el universo a través de un alma, es un desafío para todos, y muchos, temerosos, intentan no olvidar nunca quiénes son, y así no perderse en la inmensidad.
Fue así que Kalum, huyó de todos los ángeles del Límite. Éstos ángeles, con una bella caricia, cortan toda comunicación con el espíritu, para permitirle al alma hacer su trabajo. Estos ángeles son muy respetados, pero a la vez temidos al llegar a un mundo físico... Eso hizo que Kalum se escondiese de ellos, una y otra vez... y en los momentos en que no podía huir de sus caricias, se proponía durante toda la vida buscar esa conexión, de esa manera, muchos espíritus creían poder liberarse de las confusiones del alma, y seguir comunicados con el Supremo Ser.
Kalum nació muchas veces, y en todas sus vidas, su alma dicidió tener diversos nombres: Hob, Karen, Manik, Robert, Alba, Axel, Deán Gomez, Pehuen, Rodrigo, Casius, Quan-Xi, Ian... pero a expensas de que su alma elegía estos nombres para desarrollar sus armas, herramientas, potenciales y bellezas, en todas sus vidas buscó una y otra vez su nombre, su Verdadero Nombre... Kalum... Kalum... Kalum... Kalum...
Y, Kalum... volvió a la luz, a los Campos Álmicos, conectado con la Totalidad, vívido de su Luz Divina, llevando con gracia los colores de su alma, y orgulloso de haber vivido siempre para buscar su conexión con el Divino, se enfrentó a su Juicio... su juicio individual. Este Juicio, es una valoración propia de todo lo que se ha hecho y aprendido en la vida, de cuantas cosas hemos experimentado, y las observamos en los Registros Generales de Información, de la misma manera que podría proyectarse una extensa película en un bellísimo cine de luz...
Kalum... ay Kalum... él observó su película y vio... vio que todas las películas de sus vidas eran iguales... y vio algo que el llamó la atención: no había aprendido nada.
¿Qué sucedió? pensó exaltado este hermano espiritual... La respuesta, era muy clara: había pedido la ayuda de un alma, y jamás le permitió ayudarle.
Temió tanto de vivir en la desconexión, que se hacía llamar por su Verdadero Nombre, en sitios que no correspondían... Kalum no era la vibración que le ayudaría a salir adelante en la crisis económica de Alemania... Ian era quien lo haría, Kalum no era quien lucharía en las batallas de Roma, Casius sería ese héroe, Kalum no era quien enseñaría sobre los libros a los niños, ese sería Hob. No era Kalum quien amase a su marido y a sus hijos, esa sería Alba... Muchos espíritus deseosos de no olvidar su conexión, han olvidado que al nacer, lo importante no es seguir conectados, sino disfrutar de la luz que nos da la experiencia del vivir, y esa experiencia, no nos la da nuestro espíritu, sino nuestro alma. Nuestro Alma sabe muy bien qué nombre será el que le ayudará a cumplir con sus tareas, a disfrutar de los amigos, a convivir con el resto de los seres, a trabajar, a superarse, a reír y llorar, a lograr nuestros objetivos y misiones...
Aprendí mucho de Kalum, pues nos enseñó a todos con su sacrificada vida, que lo importante no es mantener la conexión, que lo importante no es recordar nuestro verdadero nombre, sino que lo importante, es disfrutar de cada momento, de cada experiencia, y es el alma quien nos regala esta belleza, que es el cuerpo, y su herramienta, su luz y color, que es la personalidad, vibrando en su bello sonido que es su nombre... en cada momento de nuestras vidas...
Millones de Milenios más tarde, era mi turno, yo, Ghan, un bibliotecario de los Registros, que debía nacer en un planeta físico. Siempre recordé mi Verdadero Nombre, Ghan... y resuena en mi interior la verdad... Ghan...Ghan... pero aprendí de Kalum, que siendo Ghan, no lograría nada en mi vida, pues Ghan no tiene la fuerza para trasmitir, Ghan no tiene la fuerza para comunicar, para hacer reír y conversar, no tiene la fuerza para disfrutar, dirigir y amar... es por eso que respeto y disfruto de la decisión de mi alma, cuyo designio ha sido nombrarme Matías Gustavo, los dos nombres que sí me darán la fuerza para cumplir y concretar.
Respetar los nombres que se nos han dado en la vida, es fundamental para vivir con felicidad el cumplimiento de nuestras misiones... Es así como los invito a recordar sus Verdaderos Nombres, pero honrar hasta los Cielos, el nombre que su alma ha sabido muy bien elegir para Ser Aquí y Ahora.
Espíritus, los saluda atentamente desde el planeta Tierra, el día del presente... Matías Gustavo De Stefano."

Enlace a la web de Matías

jueves, 30 de septiembre de 2010

Quiero de Jorge Bucay

Quiero oírte, sin juzgarte.
Quiero opinar, sin aconsejarte.
Quiero confiar en ti, sin exigirte.
Quiero ayudarte, sin intentar decidir por ti.
Quiero cuidarte, sin anularte. Quiero mirarte, sin proyectar mis cosas en ti.
Quiero abrazarte, sin asfixiarte.
Quiero animarte, sin empujarte.
Quiero sostenerte, sin hacerme cargo de ti.
Quiero protegerte, sin mentiras.
Quiero acercarme, sin invadirte.
Quiero conocer las cosas tuyas que más me disgustan, aceptarlas y no pretender cambiarlas.
Quiero que sepas, que hoy puedes contar conmigo.
Sin condiciones.

viernes, 24 de septiembre de 2010

¿De qué cosas disfrutamos? y ¿cómo disfrutamos de ellas?

¿Cómo podemos decir que nos gusta algo o alguien si sólo tenemos la idea y no la experiencia profunda de ello?.

¿La comunicación es una herramienta que nos sirve para decir lo que queremos y para comprobar que ha llegado el mensaje correctamente?.

Creo que la respuesta a estas preguntas va de lo verdaderamente presente que este en nuestros procesos de percepción y comunicación la orientación al encuentro. Como en todo proceso hay una entrada para la percepción (un estímulo) un trabajo que se hace sobre esta entrada (orientado al encuentro) y una salida (respuesta) y esta respuesta a su vez será una entrada para el proceso de comunicación donde se hará un trabajo sobre ella (con orientación al encuentro) y el resultado sera una salida (un mensaje: que puede ser verbal o no).

Y ¿qué es orientarse al encuentro?, pues a mi me gusta mucho como enfocan el encuentro Silvia Salinas y Jorge Bucay en el libro Amarse con los ojos abiertos: "Yo contigo, Tú conmigo, Yo conmigo, Tú contigo, Nosotros con el mundo".

Entonces si percibo algo o a alguien tratando de conocerme y conocerle e interactúo con ese algo o alguien con la misma intención, estaremos ambos en el mundo presentes a través de la respuesta, que a su vez inicia otro proceso.

Una cosa que es importante, es saber si percibimos, procesamos, respondemos, etc  desde el amor y si los resultados son adecuados a la forma en la que queremos estar presentes en el mundo. Podemos hacerlo desde el miedo, los convencionalismos, nuestros complejos, nuestra crianza, etc pero no está mal elegir concientemente desde donde observo, proceso y respondo - vivo.

Yo les invito a reconocerse y reconocer todo lo que les rodea, a veces creemos que ya sabemos cómo son las cosas y no nos percatamos de que todo está en constante movimiento; nos quedamos apegados a ideas que quizá no sean ciertas y por último disfrutemos de los detalles, muchas veces los despreciamos, y es que estamos esperando el qué tan grande que no permite pararnos a disfrutar de los detalles? y nos decimos que no tenemos tiempo para conectar con los detalles, tenemos mucha prisa, tenemos que hacer el qué?.

Quizá si nos tomamos nuestro tiempo y lo empleamos en procesos de vida orientados al encuentro, vemos los detalles con ganas de verlos realmente y disfrutarlos como son, nos demos cuenta de que algunas cosas son diferentes de lo que pensabamos y eso nos haga más felices.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Limones

El Limón (Citrus limonun Risso, Citrus limon (L.)  Burm., Citrus medica)

Es un producto milagroso para matar las  células cancerosas.  Es 10,000 veces más potente que la quimioterapia.  ¿Por qué no estamos enterados de ello?  Porque  existen organizaciones interesadas en encontrar una versión sintética, que  les permita obtener fabulosas utilidades.  Así que de ahora en adelante   usted  puede ayudar a un amigo que lo necesite, haciéndole saber que le  conviene beber jugo de limón  para prevenir la enfermedad.  Su  sabor es agradable. Y por supuesto no  produce los horribles efectos de la quimioterapia.  Y sí tiene la  posibilidad de hacerlo, plante un árbol de limón en su patio o jardín.   Todas  sus  partes son útiles. 

La próxima vez que usted quiera beber un jugo, pídelo de limón natural  sin preservantes. 

¿Cuántas personas mueren  mientras este secreto ha estado celosamente guardado para no poner en riegos las utilidades multimillonarias de grandes corporaciones?

Como usted bien lo sabe el árbol de limón es bajo. No ocupa mucho  espacio,  Se le conoce con el nombre de Limonero, limón, lima , limoeiro  (gal.), llimoner (cat.), limoiaritz (eusk.).

La fruta es un cítrico que viene en diferentes presentaciones su pulpa  se la puede comer directamente o se la emplea normalmente, para elaborar bebidas, sorbetes, dulces etc. 

El interés  de esta planta se debe  a sus fuertes efectos anti cancerígenos.   Y aunque se  le atribuyen  muchas más propiedades,  lo más interesante de ella es el efecto que produce  sobre los quistes y los tumores. Esta planta es un remedio  de cáncer probado para los cánceres de todos los tipos.  Hay quienes afirman que es  de gran utilidad en todas las variantes del cáncer.

Se la considera además como  un agente anti-microbial de amplio  espectro contra las infecciones bacterianas y por hongos;  es eficaz contra los parásitos internos  y  los gusanos, regula la tensión arterial alta y es antidepresiva, combate   la tensión y los desórdenes nerviosos. 

La fuente de esta información es fascinante: procede de uno de los fabricantes de medicinas más grandes del mundo,  quien  afirma que después de más de 20 pruebas  de laboratorio, realizadas a  partir de 1970 los extractos revelaron que:

Destruye las células  malignas en 12 tipos de cáncer, incluyendo el de colon, de pecho, de próstata, de pulmón y de páncreas… 

Los compuestos de este  árbol demostraron actuar  10,000 veces  mejor retardando el crecimiento de las células de cáncer que  el  producto  Adriamycin, una droga quimioterapéutica, normalmente usada en  el mundo.  

Y lo que es todavía más asombroso: este tipo de terapia,  con el  extracto  de limón, destruye tan  sólo las malignas células  del cáncer y no afecta  las células sanas.  

Instituto de Ciencias de la Salud , L.L.C. 819 N. Charles Street Baltimore,  MD  1201

Existe una web llamada HSI- The Health Sciences Institute y comenta acerca del beneficio de los cítricos para la salud respecto al cáncer.

domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Cuándo y cómo nos volvimos adultos?

¿Cuándo y cómo nos volvimos adultos?


En estos días me preguntaba: ¿en qué momento de la vida dejamos de ser niños?, ¿cuándo se acaba esa maravillosa actitud de haberte caído jugando, llorar un poco porque dolió y luego salir corriendo a jugar de nuevo con la misma alegría y entrega que antes de caernos?...


Nos volvemos adultos y ya no nos da taquicardia cuando vemos una explanada cubierta de césped, ya no sentimos esa alegría que nos impulsaba a correr por el mero hecho de que lo sentíamos, esas ganas tan llenas de vida y de nosotros mismos que nos hacían correr por horas, sudar, reír, compartir puramente con la naturaleza y cualquier ser que estuviera cerca.

¿Cuándo dejamos de jugar con los amiguitos?, ¿cuándo desconectamos?...

Y es que creo que hemos malinterpretado esto de crecer, de madurar, de hacernos adultos. Mi hermanito menor le dijo algo a mi madre que pienso que encierra gran parte de lo que nos puede llevar a entendernos; le dijo “mamá, la inteligencia no es leer y aprenderse lo que otros han inventado, la inteligencia es crear algo nuestro / propio para que los otros se lo aprendan”.

Me parece que si comenzamos a ver en nuestra inteligencia más profunda lograremos reconectar, busquemos aquello que nos hace sentir como niños y conectemos a través de eso con nuestra propia inteligencia, esa que no se mide con un test o que va de ver cuanto puedes recordar de las cosas que han inventado los demás. Creo que al conectar con esto se abrirá como un grifo de sabiduría que nos ayudará a crecer de una manera más apropiada, que nos permitirá ser verdaderos adultos, o como me dijo una vez un queridísimo amigo, niños conscientes.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Preparado para el combate, pero con dudas

Preparado para el combate, pero con dudas



Llevo un extraño uniforme, lleno de cremalleras, y elaborado con un tejido muy grueso. Llevo guantes, para no herirme en las manos. Cargo con una especie de lanza, casi tan alta como yo, que en un extremo termina, por un lado, en un tridente, y por el otro, en una afilada punta.

Y ante mis ojos, aquello que, de un momento a otro, va a ser objeto de mi ataque: mi jardín.

Con la lanza en la mano, comienzo a arrancar la mala hierba que se ha mezclado con el césped. Continúo así durante un tiempo, sabiendo que las plantas que arranco morirán antes de que pasen dos días.

De repente, me pregunto: ¿está bien lo que hago?

Aquello que llamo “mala hierba” no es sino un intento de supervivencia por parte de una especie que la naturaleza tardó millones de años en crear y hacer evolucionar. La flor necesitó incontables insectos para ser fertilizada, hasta que se transformó en semilla, el viento la esparció por todos los campos de alrededor, y de este modo, como no está en un único lugar sino en muchos, sus posibilidades ahora de llegar hasta la primavera son mucho mayores. Si estuviese concentrada en un solo lugar, acabaría siendo pasto de los animales herbívoros, de una inundación, un incendio o una sequía.

Pero todo este esfuerzo de supervivencia tropieza ahora con la punta de una lanza, que la arranca de la tierra sin piedad.

¿Por qué hago eso?

Alguien creó este jardín. No sé quién fue, porque cuando compré la casa ya estaba aquí, en armonía con las montañas y con los árboles de su alrededor.

Pero el creador debió de hacer su trabajo concienzudamente, plantar las semillas con gran esmero y planificación (hay un seto de arbustos que oculta la cabaña donde guardamos la leña), y cuidar del jardín a lo largo de innumerables inviernos y primaveras.

Cuando me hizo entrega del viejo molino, donde paso algunos meses al año, el césped estaba impecable. Ahora me toca a mí dar continuidad a su trabajo, pero no dejo de pensar en una cuestión filosófica: ¿debo respetar el trabajo del creador, o debo aceptar el instinto de supervivencia que la naturaleza dio a esta planta, hoy llamada “mala hierba”?

Continúo arrancando las plantas indeseables y colocándolas en una pila que pronto arderá en llamas. Tal vez esté dando demasiadas vueltas a temas que no tienen nada que ver con la reflexión, sino con la acción. Sin embargo, cada gesto del ser humano es sagrado y está lleno de consecuencias, lo que me obliga a pensar más sobre lo que estoy haciendo.

Por un lado, esas plantas tienen derecho a crecer y extenderse por donde les plazca. Por otro lado, si no las destruyo ahora, terminarán ahogando el césped.

En el Nuevo Testamento, Jesús dice que hay que arrancar la cizaña para que no se mezcle con el trigo.

Sin embargo, con o sin el respaldo de la Biblia, me enfrento al problema concreto al que siempre se enfrenta la humanidad: ¿hasta qué punto es posible entrometerse en la naturaleza? Esta intromisión, ¿es siempre negativa, o puede a veces ser positiva?

Dejo a un lado el arma, también conocida como azada. Cada golpe significa el final de una vida, la inexistencia de una flor que se habría abierto en la primavera; la arrogancia del ser humano que quiere moldear el paisaje a su alrededor. Necesito reflexionar más, porque en este momento estoy ejerciendo un poder de vida y de muerte.

El césped parece decir: “protégeme, esta hierba me va a destruir”. La hierba también habla conmigo: “vine de muy lejos para llegar a tu jardín; ¿por qué quieres acabar conmigo?”.

Al final, el texto indio Bhagavad Gita viene en mi ayuda. Recuerdo la respuesta de Krishna al guerrero Arjuna cuando éste, desalentado antes de una batalla decisiva, tira sus armas al suelo y dice que no es justo participar en un combate que terminará matando a su hermano. Krishna responde más o menos lo siguiente: “¿Piensas que puedes matar a alguien? Tu mano es Mi mano, y todo lo que haces ya estaba escrito así. Nadie mata, y nadie muere.”

Animado por este súbito recuerdo, empuño de nuevo la lanza, ataco a las hierbas que no fueron invitadas a crecer en mi jardín, y me quedo con la única lección de esta mañana: cuando algo indeseable crece en mi alma, pido a Dios que me dé el mismo valor para arrancarlo sin piedad.

Tomado de Ser como el río que fluye de Paulo Coehlo

martes, 31 de agosto de 2010

Cuando quiero algo, me lo pido a mi misma

Sabiduría Maya

"Cuando quiero algo, me lo pido a mi misma"

Ima Sanchez. Publicado en ' La Contra', diario La Vanguardia.

La Abuela Margarita, curandera y guardiana de la tradición maya, se crió con su bisabuela, que era curandera y milagrera. Practica y conoce los círculos de danza del sol, de la tierra, de la luna, y la búsqueda de visión. Pertenece al consejo de ancianos indígenas y se dedica a sembrar salud y conocimiento a cambio de la alegría que le produce hacerlo, porque para sustentarse sigue cultivando la tierra. Cuando viaja en avión y las azafatas le dan un nuevo vaso de plástico, ella se aferra al primero: 'No joven, que esto va a parar a la Madre Tierra'. Rezuma sabiduría y poder, es algo que se percibe con nitidez. Sus rituales, como gritarle a la tierra el nombre del recién nacido para que reconozca y proteja su fruto, son explosiones de energía que hace bien al que lo presencia; y cuando te mira a los ojos y te dice que somos sagrados, algo profundo se agita.

Ella nos dice: 'Tengo 71 años. Nací en el campo, en el estado de Jalisco (México), y vivo en la montaña. Soy viuda, tengo dos hijas y dos nietos de mis hijas, pero tengo miles con los que he podido aprender el amor sin apego. Nuestro origen es la Madre Tierra y el Padre Sol. He venido a la Fira de la Terra para recordarles lo que hay dentro de cada uno.'

-¿Dónde vamos tras esta vida?

-¡Uy hija mía, al disfrute! La muerte no existe. Las muerte simplemente es dejar el cuerpo físico, si quieres.

-¿Cómo que si quieres…?

-Te lo puedes llevar. Mi bisabuela era chichimeca, me crié con ella hasta los 14 años, era una mujer prodigiosa, una curandera, mágica, milagrosa. Aprendí mucho de ella.

-Ya se la ve a usted sabia, abuela.

-El poder del cosmos, de la tierra y del gran espíritu está ahí para todos, basta tomarlo. Los curanderos valoramos y queremos mucho los cuatro elementos (fuego, agua, aire y tierra), los llamamos abuelos. La cuestión es que estaba una vez en España cuidando de un fuego, y nos pusimos a charlar.

-¿Con quién?

-Con el fuego. 'Yo estoy en ti', me dijo. 'Ya lo sé', respondí. 'Cuando decidas morir retornarás al espíritu, ¿por qué no te llevas el cuerpo?', dijo. '¿Cómo lo hago?', pregunté.

-Interesante conversación.

-'Todo tu cuerpo está lleno de fuego y también de espíritu -me dijo-, ocupamos el cien por cien dentro de ti. El aire son tus maneras de pensar y ascienden si eres ligero. De agua tenemos más del 80%, que son los sentimientos y se evaporan. Y tierra somos menos del 20%, ¿qué te cuesta cargar con eso?'.

-¿Y para qué quieres el cuerpo?

-Pues para disfrutar, porque mantienes los cinco sentidos y ya no sufres apegos. Ahora mismo están aquí con nosotras los espíritus de mi marido y de mi hija.

-Hola.

-El muertito más reciente de mi familia es mi suegro, que se fue con más de 90 años. Tres meses antes de morir decidió el día. 'Si se me olvida -nos dijo-, me lo recuerdan'. Llegó el día y se lo recordamos. Se bañó, se puso ropa nueva y nos dijo: 'Ahora me voy a descansar'. Se tumbó en la cama y murió. Eso mismo le puedo contar de mi bisabuela, de mis padres, de mis tías…

-Y usted, abuela, ¿cómo quiere morir?

-Como mi maestro Martínez Paredes, un maya poderoso. Se fue a la montaña: 'Al anochecer vengan a por mi cuerpo'. Se le oyó cantar todo el día y cuando fueron a buscarle, la tierra estaba llena de pisaditas. Así quiero yo morirme, danzando y cantando. ¿Sabe lo que hizo mi papá?

-¿Qué hizo?

-Una semana antes de morir se fue a recoger sus pasos. Recorrió los lugares que amaba y a la gente que amaba y se dio el lujo de despedirse. La muerte no es muerte, es el miedo que tenemos al cambio. Mi hija me está diciendo: 'Habla de mí', así que le voy a hablar de ella.

-Su hija, ¿también decidió morir?

-Sí. Hay mucha juventud que no puede realizarse, y nadie quiere vivir sin sentido.

-¿Qué merece la pena?

-Cuando miras a los ojos y dejas entrar al otro en ti y tú entras en el otro y te haces uno. Esa relación de amor es para siempre, ahí no hay hastío. Debemos entender que somos seres sagrados, que la Tierra es nuestra Madre y el Sol nuestro Padre. Hasta hace bien poquito los huicholes no aceptaban escrituras de propiedad de la tierra. '¿Cómo voy a ser propietario de la Madre Tierra?', decían.

-Aquí la tierra se explota, no se venera.

-¡La felicidad es tan sencilla!, consiste en respetar lo que somos, y somos tierra, cosmos y gran espíritu. Y cuando hablamos de la madre tierra, también hablamos de la mujer que debe ocupar su lugar de educadora.

-¿Cuál es la misión de la mujer?

-Enseñar al hombre a amar. Cuando aprendan, tendrán otra manera de comportarse con la mujer y con la madre tierra. Debemos ver nuestro cuerpo como sagrado y saber que el sexo es un acto sagrado, esa es la manera de que sea dulce y nos llene de sentido. La vida llega a través de ese acto de amor. Si banalizas eso, ¿qué te queda? Devolverle el poder sagrado a la sexualidad cambia nuestra actitud ante la vida. Cuando la mente se une al corazón todo es posible. Yo quiero decirle algo a todo el mundo…

-¿...?

-Que pueden usar el poder del Gran Espíritu en el momento que quieran. Cuando entiendes quién eres, tus pensamientos se hacen realidad. Yo, cuando necesito algo, me lo pido a mí misma. Y funciona.

-Hay muchos creyentes que ruegan a Dios, y Dios no les concede.

-Porque una cosa es ser limosnero y otra, ordenarte a ti mismo, saber qué es lo que necesitas. Muchos creyentes se han vuelto dependientes, y el espíritu es totalmente libre; eso hay que asumirlo. Nos han enseñado a adorar imágenes en lugar de adorarnos a nosotros mismos y entre nosotros.

-Mientras no te empaches de ti mismo.

-Debemos utilizar nuestra sombra, ser más ligeros, afinar las capacidades, entender. Entonces es fácil curar, tener telepatía y comunicarse con los otros, las plantas, los animales. Si decides vivir todas tus capacidades para hacer el bien, la vida es deleite.

-¿Desde cuándo lo sabe?

-Momentos antes de morir mi hija me dijo: 'Mamá, carga tu sagrada pipa, tienes que compartir tu sabiduría y vas a viajar mucho. No temas, yo te acompañaré'. Yo vi con mucho asombro como ella se incorporaba al cosmos. Experimenté que la muerte no existe. El horizonte se amplió y las percepciones perdieron los límites, por eso ahora puedo verla y escucharla, ¿lo cree posible?

-Sí.

-Mis antepasados nos dejaron a los abuelos la custodia del conocimiento: 'Llegará el día en que se volverá a compartir en círculos abiertos'. Creo que ese tiempo ha llegado

La Abuela Margarita, curandera y guardiana de la tradición maya.

Esto lo leí en las notas del Facebook de mi queridísima amiga María. Gracias guapa!!!

lunes, 23 de agosto de 2010

Voluntad!!

VOLUNTAD


La diferencia fundamental entre un hombre dormido y un despierto, es que el despierto lo toma todo como una oportunidad de aprendizaje, mientras que el dormido lo toma todo como una bendición o una maldición. Gurdieff

Muchas culturas han hablado de los seres despiertos como entes que interpretan los acontecimientos de su vida con un talante peculiar. El alma de un despierto ha sido entregada al impulso trascendente que mueve soles y mareas y sabe que es justo aquello que debe llegar en una no casual conjunción de fuerzas. Cuando un despierto enfrenta problemas, por difícil que parezcan, sabe que éstos incrementan su aprendizaje y actualizan su poder, iluminando lo que venga.

Para el despierto ya no hay buena ni mala suerte, ni culpables ni inocentes, ni queja alguna por lo sucedido con apariencia de desgracia. Tan sólo reconoce un flujo de vida detrás de todas las cosas que, a través de luces y sombras, forma una conjunción perfecta. Para el despierto, el mundo es la plataforma de desarrollo en la que practicar el gran juego del despertar de la consciencia. La vida de cada día ya no es buena ni mala, simplemente es oportunidad de aprendizaje y expansión de una visión que todo lo abarca. Se trata de seres humanos que, en un momento del camino, se orientaron a la Transparencia. Desde entonces, nada es casual en sus vidas ni en sus obras. Sienten que las piezas encajan y que todo lo que llega sirve para dinamizar el crecimiento y actualizar potencialidades insospechadas.

El despierto, antes de conquistar tal rango, era un ser común, alguien a quien asaltaba la congoja, el miedo y la incertidumbre en los días de tormenta. Su vida no tenía gran sentido y cada mañana, al despertar no sentía resortes que lo separaran con entusiasmo de la almohada. Tan sólo vivía trabajando para sostener el esquema y seguir la senda que le ofrecieron los que, como él, caminaban a ciegas. Cada día que pasaba, sentía estancamiento y contradicción y, sin embargo, no veía salida ni puertas abiertas. A veces, pensaba que la vida era una "enfermedad por transmisión sexual", otras, se pensaba como un insatisfecho que no merecía lo que ésta le daba. A menudo, temía vivirse en un ser inmaduro que con nada se contentaba. Así pasaban los días y las noches, sintiendo que, aunque sucedían muchas cosas, de lo que en realidad le importaba, no pasaba nada. Mientras tanto, en lo profundo de su ser, se abonaba la semilla del despertar, el núcleo lúcido que late silencioso y amigo en el seno del alma.

Tras un ciclo de crisis, llega un día con apariencia de otro cualquiera en el que la semilla se despliega y despierta su consciencia. De pronto, tiene la certeza de que su vida ya no será igual y que los viejos problemas ya no le afectan. Ahora sabe con certeza que su destino no será como apuntaba su vida pasada. Ahora se siente libre y lleno de posibilidades insospechadas. Se han disuelto las resistencias al cambio y se han evaporado las dudas intelectuales acerca de la plenitud y la trascendencia.

El recién despierto emprende una peregrinación sutil mientras se ocupa de los asuntos de la materia. Un camino Mayor que le guiará a sucesivas ampliaciones de su mirada. Busca el rastro de sabiduría que le lleve al Recuerdo mientras suelta viejas costumbres y establece nuevas relaciones más en sintonía con su alma. Su camino ya es por dentro y por fuera, ahora ya maneja la sensibilidad y la ciencia. Se siente cómplice de una intuición que le da señales al despertar, cada mañana. El despierto ya es consciente y fluye por entre los pliegues de lo que subyace tras las apariencias.


Leído en: Escuela Transpersonal
Texto perteneciente al libro del autor: "Inteligencia del alma"

Jose Maria Doria jmdoria@escuelatranspersonal.com