Frases y Reflexiones

"Te amo tanto y es tan fuerte lo que siento por ti , que si bien en ocasiones siento el impulso de odiarte, no sólo me detengo sino que me alegro de que existas y vivas junto a mi, a pesar de que seas tan insoportable como yo" Walter Riso



martes, 31 de agosto de 2010

Cuando quiero algo, me lo pido a mi misma

Sabiduría Maya

"Cuando quiero algo, me lo pido a mi misma"

Ima Sanchez. Publicado en ' La Contra', diario La Vanguardia.

La Abuela Margarita, curandera y guardiana de la tradición maya, se crió con su bisabuela, que era curandera y milagrera. Practica y conoce los círculos de danza del sol, de la tierra, de la luna, y la búsqueda de visión. Pertenece al consejo de ancianos indígenas y se dedica a sembrar salud y conocimiento a cambio de la alegría que le produce hacerlo, porque para sustentarse sigue cultivando la tierra. Cuando viaja en avión y las azafatas le dan un nuevo vaso de plástico, ella se aferra al primero: 'No joven, que esto va a parar a la Madre Tierra'. Rezuma sabiduría y poder, es algo que se percibe con nitidez. Sus rituales, como gritarle a la tierra el nombre del recién nacido para que reconozca y proteja su fruto, son explosiones de energía que hace bien al que lo presencia; y cuando te mira a los ojos y te dice que somos sagrados, algo profundo se agita.

Ella nos dice: 'Tengo 71 años. Nací en el campo, en el estado de Jalisco (México), y vivo en la montaña. Soy viuda, tengo dos hijas y dos nietos de mis hijas, pero tengo miles con los que he podido aprender el amor sin apego. Nuestro origen es la Madre Tierra y el Padre Sol. He venido a la Fira de la Terra para recordarles lo que hay dentro de cada uno.'

-¿Dónde vamos tras esta vida?

-¡Uy hija mía, al disfrute! La muerte no existe. Las muerte simplemente es dejar el cuerpo físico, si quieres.

-¿Cómo que si quieres…?

-Te lo puedes llevar. Mi bisabuela era chichimeca, me crié con ella hasta los 14 años, era una mujer prodigiosa, una curandera, mágica, milagrosa. Aprendí mucho de ella.

-Ya se la ve a usted sabia, abuela.

-El poder del cosmos, de la tierra y del gran espíritu está ahí para todos, basta tomarlo. Los curanderos valoramos y queremos mucho los cuatro elementos (fuego, agua, aire y tierra), los llamamos abuelos. La cuestión es que estaba una vez en España cuidando de un fuego, y nos pusimos a charlar.

-¿Con quién?

-Con el fuego. 'Yo estoy en ti', me dijo. 'Ya lo sé', respondí. 'Cuando decidas morir retornarás al espíritu, ¿por qué no te llevas el cuerpo?', dijo. '¿Cómo lo hago?', pregunté.

-Interesante conversación.

-'Todo tu cuerpo está lleno de fuego y también de espíritu -me dijo-, ocupamos el cien por cien dentro de ti. El aire son tus maneras de pensar y ascienden si eres ligero. De agua tenemos más del 80%, que son los sentimientos y se evaporan. Y tierra somos menos del 20%, ¿qué te cuesta cargar con eso?'.

-¿Y para qué quieres el cuerpo?

-Pues para disfrutar, porque mantienes los cinco sentidos y ya no sufres apegos. Ahora mismo están aquí con nosotras los espíritus de mi marido y de mi hija.

-Hola.

-El muertito más reciente de mi familia es mi suegro, que se fue con más de 90 años. Tres meses antes de morir decidió el día. 'Si se me olvida -nos dijo-, me lo recuerdan'. Llegó el día y se lo recordamos. Se bañó, se puso ropa nueva y nos dijo: 'Ahora me voy a descansar'. Se tumbó en la cama y murió. Eso mismo le puedo contar de mi bisabuela, de mis padres, de mis tías…

-Y usted, abuela, ¿cómo quiere morir?

-Como mi maestro Martínez Paredes, un maya poderoso. Se fue a la montaña: 'Al anochecer vengan a por mi cuerpo'. Se le oyó cantar todo el día y cuando fueron a buscarle, la tierra estaba llena de pisaditas. Así quiero yo morirme, danzando y cantando. ¿Sabe lo que hizo mi papá?

-¿Qué hizo?

-Una semana antes de morir se fue a recoger sus pasos. Recorrió los lugares que amaba y a la gente que amaba y se dio el lujo de despedirse. La muerte no es muerte, es el miedo que tenemos al cambio. Mi hija me está diciendo: 'Habla de mí', así que le voy a hablar de ella.

-Su hija, ¿también decidió morir?

-Sí. Hay mucha juventud que no puede realizarse, y nadie quiere vivir sin sentido.

-¿Qué merece la pena?

-Cuando miras a los ojos y dejas entrar al otro en ti y tú entras en el otro y te haces uno. Esa relación de amor es para siempre, ahí no hay hastío. Debemos entender que somos seres sagrados, que la Tierra es nuestra Madre y el Sol nuestro Padre. Hasta hace bien poquito los huicholes no aceptaban escrituras de propiedad de la tierra. '¿Cómo voy a ser propietario de la Madre Tierra?', decían.

-Aquí la tierra se explota, no se venera.

-¡La felicidad es tan sencilla!, consiste en respetar lo que somos, y somos tierra, cosmos y gran espíritu. Y cuando hablamos de la madre tierra, también hablamos de la mujer que debe ocupar su lugar de educadora.

-¿Cuál es la misión de la mujer?

-Enseñar al hombre a amar. Cuando aprendan, tendrán otra manera de comportarse con la mujer y con la madre tierra. Debemos ver nuestro cuerpo como sagrado y saber que el sexo es un acto sagrado, esa es la manera de que sea dulce y nos llene de sentido. La vida llega a través de ese acto de amor. Si banalizas eso, ¿qué te queda? Devolverle el poder sagrado a la sexualidad cambia nuestra actitud ante la vida. Cuando la mente se une al corazón todo es posible. Yo quiero decirle algo a todo el mundo…

-¿...?

-Que pueden usar el poder del Gran Espíritu en el momento que quieran. Cuando entiendes quién eres, tus pensamientos se hacen realidad. Yo, cuando necesito algo, me lo pido a mí misma. Y funciona.

-Hay muchos creyentes que ruegan a Dios, y Dios no les concede.

-Porque una cosa es ser limosnero y otra, ordenarte a ti mismo, saber qué es lo que necesitas. Muchos creyentes se han vuelto dependientes, y el espíritu es totalmente libre; eso hay que asumirlo. Nos han enseñado a adorar imágenes en lugar de adorarnos a nosotros mismos y entre nosotros.

-Mientras no te empaches de ti mismo.

-Debemos utilizar nuestra sombra, ser más ligeros, afinar las capacidades, entender. Entonces es fácil curar, tener telepatía y comunicarse con los otros, las plantas, los animales. Si decides vivir todas tus capacidades para hacer el bien, la vida es deleite.

-¿Desde cuándo lo sabe?

-Momentos antes de morir mi hija me dijo: 'Mamá, carga tu sagrada pipa, tienes que compartir tu sabiduría y vas a viajar mucho. No temas, yo te acompañaré'. Yo vi con mucho asombro como ella se incorporaba al cosmos. Experimenté que la muerte no existe. El horizonte se amplió y las percepciones perdieron los límites, por eso ahora puedo verla y escucharla, ¿lo cree posible?

-Sí.

-Mis antepasados nos dejaron a los abuelos la custodia del conocimiento: 'Llegará el día en que se volverá a compartir en círculos abiertos'. Creo que ese tiempo ha llegado

La Abuela Margarita, curandera y guardiana de la tradición maya.

Esto lo leí en las notas del Facebook de mi queridísima amiga María. Gracias guapa!!!

lunes, 23 de agosto de 2010

Voluntad!!

VOLUNTAD


La diferencia fundamental entre un hombre dormido y un despierto, es que el despierto lo toma todo como una oportunidad de aprendizaje, mientras que el dormido lo toma todo como una bendición o una maldición. Gurdieff

Muchas culturas han hablado de los seres despiertos como entes que interpretan los acontecimientos de su vida con un talante peculiar. El alma de un despierto ha sido entregada al impulso trascendente que mueve soles y mareas y sabe que es justo aquello que debe llegar en una no casual conjunción de fuerzas. Cuando un despierto enfrenta problemas, por difícil que parezcan, sabe que éstos incrementan su aprendizaje y actualizan su poder, iluminando lo que venga.

Para el despierto ya no hay buena ni mala suerte, ni culpables ni inocentes, ni queja alguna por lo sucedido con apariencia de desgracia. Tan sólo reconoce un flujo de vida detrás de todas las cosas que, a través de luces y sombras, forma una conjunción perfecta. Para el despierto, el mundo es la plataforma de desarrollo en la que practicar el gran juego del despertar de la consciencia. La vida de cada día ya no es buena ni mala, simplemente es oportunidad de aprendizaje y expansión de una visión que todo lo abarca. Se trata de seres humanos que, en un momento del camino, se orientaron a la Transparencia. Desde entonces, nada es casual en sus vidas ni en sus obras. Sienten que las piezas encajan y que todo lo que llega sirve para dinamizar el crecimiento y actualizar potencialidades insospechadas.

El despierto, antes de conquistar tal rango, era un ser común, alguien a quien asaltaba la congoja, el miedo y la incertidumbre en los días de tormenta. Su vida no tenía gran sentido y cada mañana, al despertar no sentía resortes que lo separaran con entusiasmo de la almohada. Tan sólo vivía trabajando para sostener el esquema y seguir la senda que le ofrecieron los que, como él, caminaban a ciegas. Cada día que pasaba, sentía estancamiento y contradicción y, sin embargo, no veía salida ni puertas abiertas. A veces, pensaba que la vida era una "enfermedad por transmisión sexual", otras, se pensaba como un insatisfecho que no merecía lo que ésta le daba. A menudo, temía vivirse en un ser inmaduro que con nada se contentaba. Así pasaban los días y las noches, sintiendo que, aunque sucedían muchas cosas, de lo que en realidad le importaba, no pasaba nada. Mientras tanto, en lo profundo de su ser, se abonaba la semilla del despertar, el núcleo lúcido que late silencioso y amigo en el seno del alma.

Tras un ciclo de crisis, llega un día con apariencia de otro cualquiera en el que la semilla se despliega y despierta su consciencia. De pronto, tiene la certeza de que su vida ya no será igual y que los viejos problemas ya no le afectan. Ahora sabe con certeza que su destino no será como apuntaba su vida pasada. Ahora se siente libre y lleno de posibilidades insospechadas. Se han disuelto las resistencias al cambio y se han evaporado las dudas intelectuales acerca de la plenitud y la trascendencia.

El recién despierto emprende una peregrinación sutil mientras se ocupa de los asuntos de la materia. Un camino Mayor que le guiará a sucesivas ampliaciones de su mirada. Busca el rastro de sabiduría que le lleve al Recuerdo mientras suelta viejas costumbres y establece nuevas relaciones más en sintonía con su alma. Su camino ya es por dentro y por fuera, ahora ya maneja la sensibilidad y la ciencia. Se siente cómplice de una intuición que le da señales al despertar, cada mañana. El despierto ya es consciente y fluye por entre los pliegues de lo que subyace tras las apariencias.


Leído en: Escuela Transpersonal
Texto perteneciente al libro del autor: "Inteligencia del alma"

Jose Maria Doria jmdoria@escuelatranspersonal.com